Intentando comprender la naturaleza de la expresión humana ensayamos una explicación del mundo del arte (por extensión de la sociedad, del Mundo) ignorando lo que puede representar la mitad o más de la realidad. Nos asomamos a la belleza de esa mitad con asombro e incomprensión, sin saber la razón o la estructura que explica la obra o su génesis. Hay una aventura fascinante en el descubrimiento de ese mundo, ese lenguaje, esa razón mito-poética que alimenta los sueños del creador oriental.
Quizá utilizando las propias claves como punto de apoyo, quizá viéndose obligado a abandonarlas y comenzar de cero... literalmente el descubrimiento de un nuevo planeta con su porqué.
NYC Nov.08
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