Bailar es atravesar entre los compases de la música, según RGS. Es una buena regla de comportamiento en instituciones endogámicas y rígidas como la universidad.
RONCHAMP: He tenido una visión, Ronchamp es un dolmen! Quetglas lo ratifica minutos después. Qué sorprendente coincidencia… ¿o no?
El espacio humano por excelencia, la invención del espacio, el dolmen. Por eso lo reverenciamos, porque al levantar un pedazo de la tierra ha generado el espacio arquitectónico, quizás la primera gran invención del hombre…

No otra cosa es la arquitectura de Le Corbusier.
Su sintagma fundamental son los piloti sobre los que se apoya la masa.
Digo yo que, paradójicamente, en Le Corbusier el espacio arquitectónico sería el que queda bajo el espacio interior de uso del edificio, es como una negación del fin de la arquitectura contemporánea, al menos del funcionalismo espacial.
Hay que visitar Ronchamp por la mañana para percibir en la pared la constelación de estrellas en las que brilla Notre. Dame du Haut. La virgen de lo ALTO está en un cielo estrellado. Arriba, como en el dolmen que se ha levantado, rampante, siguiendo esa vocación a la elevación que encontramos insinuada en la elevación de la gran piedra del dolmen (Hace notar y subraya que no es horizontal y que esta inclinación no es casual).
La arquitectura tiene tres orígenes, la cueva, el dolmen y el menhir.

Quetglas propone una confusa agrupación de justificación/componentes del proyecto:
- El dolmen está presente en la panza de piedra y los apoyos (3) porque la pared Este desaparece al ser una constelación, desdibujando su soporte, como no vemos la página de papel al leer.
- La cueva se manifiesta como una fisura bajo la gran roca curvada, con un muro que la cierra, haciendo que los dos elementos, roca y muro, sean semánticamente independientes, como en la arquitectura troglodita (Setenil).
- El Menhir está presente en la vertical y la horizontal descompuestos, en la que el protagonista es la luz vertical en la esquina, a la que miran los bancos como en la Tourrette (éste es el punto más alambicado del análisis). Es cierto que sorprende la posición de los bancos, mirando a la luz y no directamente al altar mayor.
- Las Tres Marías están presentes en las tres torres, según una imagen de una película de Laura Dern (directora de culto que Quetglas recupera y cuya relación remota con Le Corbusier reconstruye) en la que una mujer de espaldas con tocado se vuelve para mostrar un espejo plano en lugar de rostro, componiendo una imagen análoga al volumen de las torres, en el que además la fisura vertical sería el rastro antropomórfico de la nariz, y un dibujo en el que Le Corbusier representa una escultura supuestamente de las Tres Marías en la cubierta de la iglesia proyectada.
Al mismo tiempo, redundantemente, las Tres Marías son esos tres orígenes de la arquitectura presentes en Ronchamp.
Pero Quetglas utiliza un mismo recurso arquitectónico, la panza como roca gravitante, y lo analiza desde dos puntos de vista. Pero digo yo que será válido lo uno o lo otro, no lo uno y lo otro, por lo que entender que están presentes los tres conceptos es incierto, al menos no simultáneamente.
- La referencia a la cineasta también está presente en el origen de la constelación, que tendría su cita en un fragmento de otra película. Estas referencias a personajes imposibles para extraer analogías improbables son el divertimiento y pirueta favoritos de los intelectuales-espectáculo como Quetglas. ¡Qué cansancio! ¿Es que nunca se van a animar a decir algo objetivo, probable y sobre lo que podamos avanzar? En fin, supongo que todo esto pertenece al género de juego floral, tan grato.
1 comentario:
En efecto,
A juzgar por lo que allí se presentó que también puede revisarse por Internet en la página Obiter, Quetglas es un buen conferenciante pero es un mal científico y un profesor dudoso. En dicha conferencia
entre otras cosas citaba la Biblia y la nube de Yahvé, comparándola con la panza del interior de Ronchamp. Uno está tentado de preguntar, ¿los que citan a la Biblia, no eran siempre manidos capillitas carpetovetónicos? ¿Ahora resulta que lo que valoramos en Le Corbusier es su patética religiosidad de Concilio Vaticano II? ¿Es esto moderno? Resumiendo, Quetglas es bueno, pero dista mucho de ser Magistral como diría José Ramón Moreno acerca de tal conferencia. Saludos
Publicar un comentario