según algún diccionario: colección de inscripciones recuperadas en fragmentos de lápidas de época clásica.

1.8.08

CANADA.04

"¡Qué tranquilidad! Oigo
todos mis pensamientos!"
Jules Renard

Keswick, Lago Simcoe.

Pajaros, ardillas, alguna marmota y otros bichos que son como ardillas pequeñas y a rayas, además del gato Columbo, son nuestra compañía en la casa del lago Simcoe, el menor de los Grandes Lagos, que debe de ser más grande que el mayor de los que hay en Europa. Chelsie viene una vez al día a dar de comer al gato, pero aún no la he visto. Los coyotes aúllan por la noche, pero nunca se dejan ver, como Chelsie. Lobos y osos raramente bajan a esta latitud en verano, y los zorros de cola blanca son visitantes invernales.
No cuento a los abundantes insectos como compañía, porque mi capacidad de relación con ellos es aún limitada. Parece que la brevedad del verano en esta tierra concentra la vida en pocos meses y hace que su presencia sea más afanosa.
La variedad y vistosidad de los pájaros es notable, no recuerdo nada parecido en nuestros campos. Hay una multitud de llamativas variantes en la talla gorrión; el siguiente tamaño, próximo a una paloma pequeña, cuenta con menos especies, las más coloridas, como una roja intensa con alguna mancha negra y pequeña cresta el macho (supongo), y parda con toques rojos la hembra. Por cierto, Columbo nos trajo una al salón a la hora del desayuno; estaba aún viva y hubo que cazarla con red para devolverla al bosque. Considerando que el salón tiene cinco metros de altura, la captura sólo fue posible porque la pobre tenía un ala maltrecha por culpa de nuestro pequeño tigre. Todavía con plumas en el hocico no parecía transmitir ninguna sensación de culpa, lo que me hizo pensar el la ley natural y le ahorró una reprimenda inmerecida. No sé si el pájaro sobrevivirá en su estado, pero sentí que no me correspondía intervenir más en el ciclo vital y lo dejé a su suerte; puede que ya se haya integrado en la cadena trófica en forma de desayuno de algún pequeño carnívoro. Otra de las especies es azul, blanca y negra, con toques amarillos. estos, más sociables, forman siempre pequeños grupos. Estas últimas especies parecen super-jilgueros de otros colores. ¿Por qué no tenemos tantos pájaros bonitos en España? A lo peor es que nos los hemos cargado. Aunque sospecho que por algún otivo el continente americano, de norte a sur, se entretiene en producir animales más llamativos y con mayor variedad que la cansada Europa, y no es sólo una cosa de los trópicos.
La talla mayor de pájaro que tenemos en nuestro pequeño cielo es la de los descomunales cuervos y alguna gaviota. Bueno, y mirando para abajo los pavos salvajes que corretean por el bosque (machos no he visto).
El conjunto produce un continuo concierto de trinos, cantos y graznidos, tan variados como los plumajes, que, como siempre repito, hacen de la naturaleza uno de los sitios más ruidosos en los que se puede estar.

Los visitantes más divertidos son las ardillas. He aprendido que se trata de la ardilla gris americana, lo que por algún motivo quiere decir que la mitad son negras como mihuras. Sin ser ardillas de parque, se dejan ver sin demasiado problema mientras comen, corren o realizan todo tipo de piruetas. Hoy he visto una persecución increíble, parecía un juego, puede que estén en celo. Dos ardillas describían arriba y abajo espirales entrecruzadas por un largo tronco de árbol. Era un movimiento rapidísimo, inverosímil si no lo estuviese viendo, reproduciendo un patrón de movimiento que sugiere una danza sofisticada. Pero lo más entretenido es verlas comer, pelar pipas, comunicarse, vigilar, todo con una gestualidad cómica. Ah, he descubierto que emiten una especie de ladrido tenue al ritmo de un movimiento de cola. (Lo maravilloso de la ignorancia es que uno puede descubrir hasta las cosas más banales).
Su pariente pequeño y rayado es mucho más discreto.
También nos anunciaron mofetas, pero la fortuna de nuestras pituitarias nos las ha ahorrado hasta el momento.

La otra compañía, en forma de banda sonora, es la lluvia, los truenos y el viento en los árboles, que componen momentos de gran belleza. Para eso es importante la variedad de vegetación: el pinar cercano compone el fondo continuo, se le superpone la armonía de los álamos, chopos, olmos y arces, además de la mayoría de especies que no conozco, cada uno con sus ritmos y timbres. Mis amigos músicos sabran perdonarme la torpeza del símil musical y me ayudarán a mejorarlo.

En fin, resumiendo, que considerando que la naturaleza me resulta un mundo ignoto y de interés casi nulo, se verifica una vez más que la percepción es resultado de una función que depende, exponencialmente, de la variable tiempo.

Nota: Corroborando lo anterior, he investigado en la biblioteca de la casa, hasta poder concluir que el pájaro rojo es el Northern Cardinal (Cardinalis Cardinalis) y el azul el Blue Jay (Cyanocitta Cristata), lo que no he acabado de aclarar es si son los primos gilgeros de zumosol, parece que el azul puede ser un córvido (?). Después e estas notas nos ha visitado un bellísimo pajaro amarillo y negro, que sí era un jilguero, el American Goldfinch (Carduelis Tristis) o, directamente traducido, jilguero americano.
Ah, la microardilla a rayas es el Least Chipmunk (Tamias Mínimus).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, aqui no hay tantos pajaros porque los insecticidas acabaron con su comida. Es que hay muy pocos bosques naturales.
Oye, tu ubicacion me parece envidiable