16-19/04/06.
Templo de la Literatura.
Especie de Universidad medieval instalada en un recinto dedicado a honrar a Confucio y a los sabios; para los hombres de letras.
Sucesión de recintos, acrópolis celebrativa de las letras, con distintos propósitos y significados.

La separación entre uno y otro recinto se produce con perfección espacial y escenográfica mediante algún elemento arquitectónico singular, templete o puerta magnificada. Entre los recintos principales se repiten unos propíleos de gran sencillez, compuestos por una triple puerta en el muro y un Pabellón de Cubierta que produce un pórtico a ambos lados.
Todos los recintos están a la misma cota, pero los propíleos elevan artificiosamente el suelo, para producir una subida y bajada. Es un gesto deliberado que tiene que ver con la conciencia del “ingreso” como acto relevante.

[Ese mismo mecanismo producían los postigones de las grandes puertas tradicionales de las iglesias, en Andalucía al menos, diferenciando entre los grandes cultos, para los que se abría el portón principal, y la apertura ordinaria, produciendo automáticamente un código sobre la “facilidad” de acceso y, por tanto, “seleccionando” el público asistente.]
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Aquí no hay gordos. No es que haya pocos, no hay ninguno. Absolutamente. Parece increíble, pero es así. Raza, alimentación, hábitos… el caso es que yo, con mi 1,70 y mis 75 Kg optimistas, paso de ser un tipo saludable en España a un obeso mórbido en Vietnam. Por suerte, eso sí, de un enano me convierto en un tipo alto.
Ah, tampoco hay calvos. Y de artrosis ni hablamos. Los ancianos se ponen en cuclillas (y se levantan) infinitamente mejor que yo. Parece que la costumbre de descansar acuclillados, o en su vertiente “pho bo” con banquito de plástico, es de lo más saludable. Andar e ir en bici tampoco debe de ser mala cosa. Las sillas y las motos van a acabar con ellos. ¡Las motos! El gran fenómeno urbano (de momento en Hanoi, ya veremos en el resto). Si hay 3 millones de habitantes debe de haber cerca de 1 millón de motos. Es impresionante. Una horda de motos con hasta 4 pasajeros (las crónicas hablan de 7, pero me parece una leyenda urbana) circulando continuamente, y tocando el pito.
Circulando, a ver, esto en Vietnam es una creación conceptual distinta a la que en nuestra mente occidental está contaminada por una serie de imágenes que ellos desconocen. Aquí circular es inventar caminos, luchar por la supervivencia, incluso la supremacía, formar parte de una corriente y ser la turbulencia, sobreponerse a un medio hostil, a la certeza de muerte ininterrumpida, redefinir el equilibrio, descubrir que miles de locos avanzan en la dirección equivocada (hacia ti), confiar en la capacidad acrobática de los peatones y ponerla a prueba, pulverizar la teoría de la impenetrabilidad de los objetos, describir recorridos impensables, codificar los mil matices insospechados del sonido del pito en mensajes que todos aparentemente entienden... ¿ Has montado un moto-taxi en Hanoi? Entonces descubrirás otra dimensión del término “circular”.
Lo del Pito (¿se puede decir bocina para las motos?) es en realidad como una forma más de presencia, una manera de materializarse en el tráfico. Así podemos disfrutar de motoristas que no paran de “hacerse presentes” mientras conducen. El tráfico caótico se aliña con el uso indiscriminado del pito, como corresponde al natural comunicativo del vietnamita.
BLADE RUNNER era ESTO.
Vale, un poquito más decadente y menos aeroespacial, pero el fondo, la base de las calles de la ciudad Antigua de Hanoi, es el trasunto visitable del Imaginado Los Ángeles de Blade Runner. Con sus masas de gente tropezando entre ruidos, puestos de comida, motos enloquecidas que tiran la fruta del mercado, noodles, basamentos de edificios imposiblemente neo-barrocos… A quien esta afirmación le parezca exagerada, que se dé un paseo por el mercado de comida de Gia Ngu.
Hay algunas cuestiones que no he comentado en esta visita pero anoto para el futuro, porque intuyo que pueden tener algún interés en la forma en la que se formulan en esta ciudad:
- La casa del centro de Hanoi
- Vivir las azoteas
- El ancho de la parcela. Casas-Libro.
El tiempo dirá.
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