según algún diccionario: colección de inscripciones recuperadas en fragmentos de lápidas de época clásica.

10.10.07

Cuaderno de Vietnam 3: HA LONG

No hay discusión sobre la belleza natural del sitio. Bastantes dudas sobre la explotación turística que padece y que la ha convertido en un parque de atracciones de sí misma. Abarrotada de barcazas convertidas en “hotelitos con encanto” flotantes que la recorren en algo que empieza a parecerse a los atascos de Hanoi. Los barcos están patéticamente travestidos de sampanes, con unas ridículas velitas que pretenden recordar las naves originales. Lo más triste sn su uso actual: los barcos navegan a motor con las velas recogidas, pero cuando atracan en algún punto de concentración especialmente concurrido, las despliegan con el nombre de la compañía de cruceros, con lo que han quedado convertidas en cartelones publicitarios.
Al atracar por la noche, se convierte en un Torremolinos flotante, aglomeración de hoteles que, para la ocasión, encienden los carteles luminosos.
Otra cosa estupenda del tema es que han regalado a la bahía una película de aceite digna de los puertos más concurridos.
En resumen no hay casi nada que el turismo no pueda destrozar.
Abstraido de eso, y volviendo al sitio como tal, además de todo lo dicho millones de veces sobre su belleza sobrecogedora, es impresionante el canto de los pájaros al atardecer, tiene incluso gracia el tableteo de las barquillas de pescadores (o ex) que deambulan entre los barcos vendiendo todo tipo de cosas imaginables.
Un hallazgo es la impresionante laguna cerrada a la que sólo se accede por un pasaje-cueva bajo un cortado de rocas.
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El ROYAL HOTEL es un sitio decadentemente occidental y hortera hasta donde dan los chinos (sus propietarios) que es mucho. Habitaciones grandes, cómodas y buenas masajistas, lo que se agradece en la dura vida del turista… en realidad lo del masaje en Vietnam es algo perfctamente generalizado y con una altísima calidad media. Por lo demás la ciudad de Halong es perfectamente prescindible.
Eso sí, la playa es un modelo de playa civilizada, frente a unos estupendos jardines con toda clase de servicios. Un buen sitio para reponerse de la gastroenteritis del barco.

Vietnamita perfectamente protegida para ir en bici o en moto y que no le de el sol por ningún sitio, con sombrero y mascara de tela. Faltan en el retrato los guantes de seda por encima del codo. Estas señoras, civilizadamente, consideran una ordinariez estar moreno (cosa de campesinos). Y como con su raza y la radiación solar reinante es muy difícil no estarlo, se protegen por todos los medios. (Además lo aconseja la contaminación del tráfico de las ciudades vietnamitas).

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