“Buenos Aires es la capital de un imperio que nunca existió”. Borges
Llego a BsAs cruzando el Río de la Plata, que siempre es una forma más educada de hacerlo que por avión, que te deja en aeropuertos merecidamente despreciados con el adjetivo de “internacionales”, puesto que podrían estar en cualquier lugar.
Por desgracia, hoy día desde el río BsAs ofrece un perfil no menos “internacional” con el puñado de pretenciosos rascacielos de Puerto Madero y el centro de negocios.
El umbral de la pobreza está en $700, que son unos 155 €, en España está en 550 € y es optimista. Esta proporción no refleja en escala la diferencia del coste de la vida, que no necesariamente es 4 veces menor.
Consuela pensar que no estamos solos en el mundo. Sevilla no es la única. BsAs es la otra ciudad tan estúpida como para que en sus planos el norte no esté arriba. En este caso, por aquello de la simetría austral, está a la izquierda.
En BsAs la actividad y el consumo son frenéticos. ¿Es esto un país en crisis? Una hipótesis razonable es la del corralito. La desconfianza que produjo ante el ahorro es tal que la gente, si tiene dinero, no lo mete ni loca en el banco. Las opciones son ahorrar en ladrillo (lo que constituye un muy potente motor de la economía) o se lo gasta en vino, lo que produce un gran consumo, con su igualmente beneficioso efecto sobre la economía capitalista. Aunque , dicha la verdad, sí hay signos de la crisis. De pronto, en plena Av. De Mayo, un cochambroso negocio de bicicletas, vacío y ruinoso, ocupa impasible un magnífico local, sin que la máquina del mercado lo haya “regulado” sustituyéndolos por alguna actividad más acorde.
Como alguna vez oí en una conferencia, la ciudad expresa una OROGRAFÍA DE LA RIQUEZA en las alturas de sus edificios… y es un lugar “montañoso”. Detrás de avenidas riquísimas, magníficas y de gran altura edificada desciende bruscamente la realidad, hasta calles infames, ruinosas y mucho más bajas.
Al menos en la zona más consolidada de la ciudad, esta trascripción de renta y altura es sorprendentemente literal, correspondiendo las cumbres a las avenidas principales. Comunicación y visibilidad ligados a riqueza, en una sociedad de mercado… la trama supuestamente igualitaria se jerarquiza y hace heterogénea en virtud de sus propiedades intrínsecas…
Una pausa en un café de la Avenida de Mayo, con mi amigo Ramón Pico. Qué desean y a mi pregunta sobre las virtudes de la repostería en oferta, la tarta de manzana ha merecido para el camarero el epíteto de ESPECTACULAR pronunciado con aplomo y esa indiferencia que usamos para las grandes revelaciones. Animado por ese sereno entusiasmo, insólito en un camarero, acepto la sugerencia.
Bien, puede que se trate de otro malentendido con la lengua porteña, y haya querido decir, “descomunal” (la porción se aproxima en aspecto y dimensiones a la clave de uno de los arcos de El Escorial). De otro modo, nos encontramos ante un típico caso del paradigma del alma argentina y que normalmente se formula afirmando que “el mejor negocio del mundo es comprar un argentino por lo que vale y venderlo por lo que dice que vale”. A un argentino o a sus tartas, añado.
Ya he verificado el ritual debido por todo turista con aspiraciones.
Ya he hecho las cien fotos en caminito, intentando eliminar en el encuadre cualquiera de los miles de elementos que lo delatan como resort turístico boquense.
Cumplimentado lo cual puedo evitar volver en lo que me queda de esta vida.
La cosa es tan sencilla como lamentable, Caminito es el parque temático de la Boca, sin sombra del límite ni disimulo que puede tener en otros lugares históricos con más pudor. Aquí la formalización es mas cutre y evidente, parece que el soporte urbano no pasaba de lo pintoresco y merecía menos respeto.
Llego a BsAs cruzando el Río de la Plata, que siempre es una forma más educada de hacerlo que por avión, que te deja en aeropuertos merecidamente despreciados con el adjetivo de “internacionales”, puesto que podrían estar en cualquier lugar.
Por desgracia, hoy día desde el río BsAs ofrece un perfil no menos “internacional” con el puñado de pretenciosos rascacielos de Puerto Madero y el centro de negocios.
El umbral de la pobreza está en $700, que son unos 155 €, en España está en 550 € y es optimista. Esta proporción no refleja en escala la diferencia del coste de la vida, que no necesariamente es 4 veces menor.
Consuela pensar que no estamos solos en el mundo. Sevilla no es la única. BsAs es la otra ciudad tan estúpida como para que en sus planos el norte no esté arriba. En este caso, por aquello de la simetría austral, está a la izquierda.
En BsAs la actividad y el consumo son frenéticos. ¿Es esto un país en crisis? Una hipótesis razonable es la del corralito. La desconfianza que produjo ante el ahorro es tal que la gente, si tiene dinero, no lo mete ni loca en el banco. Las opciones son ahorrar en ladrillo (lo que constituye un muy potente motor de la economía) o se lo gasta en vino, lo que produce un gran consumo, con su igualmente beneficioso efecto sobre la economía capitalista. Aunque , dicha la verdad, sí hay signos de la crisis. De pronto, en plena Av. De Mayo, un cochambroso negocio de bicicletas, vacío y ruinoso, ocupa impasible un magnífico local, sin que la máquina del mercado lo haya “regulado” sustituyéndolos por alguna actividad más acorde.
Como alguna vez oí en una conferencia, la ciudad expresa una OROGRAFÍA DE LA RIQUEZA en las alturas de sus edificios… y es un lugar “montañoso”. Detrás de avenidas riquísimas, magníficas y de gran altura edificada desciende bruscamente la realidad, hasta calles infames, ruinosas y mucho más bajas.
Al menos en la zona más consolidada de la ciudad, esta trascripción de renta y altura es sorprendentemente literal, correspondiendo las cumbres a las avenidas principales. Comunicación y visibilidad ligados a riqueza, en una sociedad de mercado… la trama supuestamente igualitaria se jerarquiza y hace heterogénea en virtud de sus propiedades intrínsecas…

Bien, puede que se trate de otro malentendido con la lengua porteña, y haya querido decir, “descomunal” (la porción se aproxima en aspecto y dimensiones a la clave de uno de los arcos de El Escorial). De otro modo, nos encontramos ante un típico caso del paradigma del alma argentina y que normalmente se formula afirmando que “el mejor negocio del mundo es comprar un argentino por lo que vale y venderlo por lo que dice que vale”. A un argentino o a sus tartas, añado.
Ya he verificado el ritual debido por todo turista con aspiraciones.
Ya he hecho las cien fotos en caminito, intentando eliminar en el encuadre cualquiera de los miles de elementos que lo delatan como resort turístico boquense.
Cumplimentado lo cual puedo evitar volver en lo que me queda de esta vida.
La cosa es tan sencilla como lamentable, Caminito es el parque temático de la Boca, sin sombra del límite ni disimulo que puede tener en otros lugares históricos con más pudor. Aquí la formalización es mas cutre y evidente, parece que el soporte urbano no pasaba de lo pintoresco y merecía menos respeto.
Pero el resultado es mas sangrante, porque aunque sea discutible el valor patrimonial de la arquitectura popular de chapa y madera, encierra una realidad social de chabolismo interior. Los “conventillos” son chabolas colectivas y muchas casas también, lo que es mas evidente cuando se sale de las pocas calles tematizadas.
Por algún motivo, tengo la impresión de que la riqueza que produce el negocio turístico en la zona no va a pasar a los locales.
Por cierto, las casas mas antiguas NO son de chapa, sino de tablones de madera, que aún se ven en muchos zaguanes. Es un tipo de recubrimiento similar al de las casas en Letonia (y supongo que en otros lugares).
La otra Boca, sin policía turística ni fachadas, estúpidamente recién pintada, es la de los asados en la calle, de la droga, de las pintadas revolucionarias y las banderas del Boca en los desvencijados balcones.
Difícil, dura, quizá peligrosa, pero viva y lista para ser algo distinto, sí se lo permite la política turística.
Por algún motivo, tengo la impresión de que la riqueza que produce el negocio turístico en la zona no va a pasar a los locales.
Por cierto, las casas mas antiguas NO son de chapa, sino de tablones de madera, que aún se ven en muchos zaguanes. Es un tipo de recubrimiento similar al de las casas en Letonia (y supongo que en otros lugares).
La otra Boca, sin policía turística ni fachadas, estúpidamente recién pintada, es la de los asados en la calle, de la droga, de las pintadas revolucionarias y las banderas del Boca en los desvencijados balcones.
Difícil, dura, quizá peligrosa, pero viva y lista para ser algo distinto, sí se lo permite la política turística.
No hay comentarios:
Publicar un comentario