según algún diccionario: colección de inscripciones recuperadas en fragmentos de lápidas de época clásica.

22.9.07

DINAMARCA, LO MÁS

Es curioso, pero una de las manías de este país parece ser la afirmación del superlativo. Me explico: al modo de los portugueses de los chistes, lo suyo es lo más grande, largo, antiguo o mejor del mundo. Así, sin cortarse. Desde el aeropuerto empiezan a avasallar con la supuestamente mayor duty frí del mundo, hasta la universidad más antigua, pasando por el fabricante de bicicletas (Sögreni) que cuando le alabé la belleza y calidad de sus creaciones contestó, con la mayor seriedad, "sí, son las mejores del mundo". Respuesta ante la que cualquier conversación queda concluída y uno sólo puede comprarse una bici o largarse saludando. Así las cosas, se le agradece a la Calsberg la modestia publicitaria del "probablemente".
Puede pensarse que un país que ha vivido una decadencia territorial de tres siglos, que lo ha llevado de ser una potencia considerable, sólo frenada por España en el xvi, a ser lo que es hoy, padece una especie de complejo de Goliat venido a menos, que se intenta paliar con estas claves que le recuerdan grandezas pasadas. Tuvieron su rey Christian iv que fue como nuestro Fernando iv (parece que el numerito tiene algo...), del que decía Quevedo ”a su majestad los aduladores llaman ’el Grande’ al modo de los agujeros, que cuanta más tierra les quitan más grandes son.”
En cualquier caso no se les puede negar un desarrollado gusto por la excelencia y la perfección. Comer cualquier cosa en casi cualquier sitio de Dinamarca es una apuesta bastante segura por que vas a probar una exquisitez, dentro de lo que se trate, que srá abundante, refinado y cuidadosamente preparado con los mejores ingredientes. Elijas el smoerrebrod nacional o el sushi, o visitando el enorme abanico de variedades nacionales que ofrece al menos Copenhague, uno está seguro de que es muy difícil que se equivoque. La calidad media de los capuccinos en Copenhague es igualmente muy superior a la de Roma (espero que ningún italiano lea esto) y no puedo hablar de la repostería sin lágrimas en los ojos... pues así con todo. Sobre la calidad en la construcción o cualquier artesanía sí que no puedo hablar, porque entonces además de llorar me cabreo. Es un país que vive imbuído en un espíritu de serena excelencia. Y lo saben. Así que sí, probablemente, la dichosa cerveza será la mejor del mundo.

13.9.07

DE GENOCIDIO (camboya frente a otros)

de nuevo una importación de otro foro, en el que se hablaba del genocidio camboyano de los jemeres rojos, liderados por pol pot, para quien le interese, el vínculo del blog, en el que se describe minuciosamente la historia, es: http://www.doblecero.com/soloparalocos/index.asp?idblog=255
también merecela pena, en youtube, buscar la entrevista a pol pot, que está dividida en 2 videos, buscar por "pol-pot, the interview & confessions".
reproduzco mi modesta intervención:
"...
suscribo las dudas de mis companheros. mi comentario será más... "estético", si hay algún sentido lo suficientemente inhumano para esta palabra.
en la masacre jemer (es la fonética más parecida a la original, aunque en medios anglófonos se transcribe khemer -¿?) hay algo especialmente monstruoso: la arbitrariedad, la gratuidad de la muerte. a pesar del éticamente acertado comentario de luis [en el que no admitía diferencias entre uno y otro exterminio de personas, porque todos son terribles], hay algo "estético" en lo que supera a cualquier genocidio que conozca, es esa decisión alucinada de ejercer el exterminio por la aplicación literal y analfabeta de una teoría sociopolítica naif, que se resume con una eficacia estremecedora en la decisión de "matar a los que usan gafas"... lo que aislado suena a algo así como "matar a los que se llamen alberto". la ignorancia le presta ese caracter simplista que lo hace más terrorífico.
cualquier otro exterminio ha sido promovido por causas abyectas pero más construídas sobre sesudas teorías sociales, políticas, raciales, económicas... teorías interesadas que persiguen un fin determinado, aunque probablemente terrible, y que tomando cuerpo en un movimiento social y a través de una gran convulsión colectiva han acabado en esas razias horrendas y asesinas. eso hace que de alguna manera comprendamos mejor su génesis (no las hace más justificables, claro). ésta de pol pot sin embargo parece el gesto pasmado de un niño loco, ejecutado con la despreocupación de un experimento inocente: "ahora, volvamos a los orígenes", y no se cargó a todos los bípedos de milagro.
sólo me la recuerda de algún modo (aunque la simplificación que voy a acometer es mostrenca) a la gran masacre de campesinos que ejecutó stalin. un número de millones aún por determinar, en cualquier caso sin parangón en la historia, fue sistemáticamente eliminado por la sencilla razón de que el en socialismo real no cabían los pequenhos agricultores-propietarios que constituían la estructura social del campesinado ruso. y como no estaba en los libros, pues nada, se adapta la realidad a los libros eliminando lo que sobra.
y no hemos hablado de ruanda y burundi, donde las estadísticas de la matanza respecto a la población precedente quizá no hayan sido batidas en ningún lugar del mundo. con otro detalle "estético": una inmensa mayoría fueron muertos a golpe de machete, los asesinos se paraban, agotados, tras horas de machetazos, para recuperar fuerzas, con tendinitis y otras lesiones deportivas por el esfuerzo. el mismo libro de "colapso" que he mencionado con anterioridad en otras entradas, da datos y fuentes interesantes sobre esta masacre si a alguien le interesa.
la especie humana dando sus frutos más inconcebibles. y lo peor es que no están tan lejos. el terror es que somos nosotros, no hay diferencia... camboya, rusia, alemania, ruanda, china, argentina, vietnam... nada nos separa fisiológica y en ocasiones ni siquiera culturalmente de los autores de la barbarie, que se emocionaban con wagner, con tchaikovski.
¿será tan frágil el equilibrio?
..."

9.9.07

CØBENHAVN.2 / CRISTIANIA

Ésta será una entrada melancólica y resumida, como telegráfica, porque le dediqué ayer al tema unas dos horas de trabajo que, por gentileza de blogger que me hospeda (por el momento), se esfumaron. Y odio repetir las cosas.
Ya sé que nunca más confiaré y lo escribiré primero en borrador en mi disco duro.
Pero iba yo a hablar de Cristiania, La ciudad libre de Cristiania, algo así como la república independiente de Cristiania.
En 1972 un grupo de hippies sesentayochista derribaron las puertas del abandonado Campamento Militar de Cristianshavn y lo ocuparon. Es una muy considerable porción de terreno que se encuentra al sureste del centro histórico de Copenhague, en el barrio que le da nombre y que fue una expansion defensiva de la ciudad del S.XVII, debida al rey Christian IV, al que todo esto debe el toponímico.
Pero no se conformaron con ocuparlo, decidieron proclamar la “Ciudad Libre de Cristiana”, aprovechando que nadie sabía qué era eso, con base anarquista y en la que no se aceptaban las leyes del estado danés, del que se consideraba independiente. Así.
El proceso en los tribunales fue largo y ha desembocado en un estatu-quo, 35 años después, en el que la municipalidad de Copenhague lo considera un “experimento social cooperativo autogestionado”, que también está muy bien, la policía no molesta y las drogas blandas están “permitidas” según sus habitantes y el gobierno danés no sabe o no contesta; se autogestionan los servicios e infraestructuras internas, aunque sospecho que sus habitantes van a los hospitales públicos del gobierno opresor.
La situación actual la describe bastante bien un gran letrero en una de las salidas de la ciudad en el que uno puede leer: “YOU ARE NOW ENTERING THE EUROPEAN UNION”.

Pero todo esto está en wikipedia (o debería) y yo quería comentar algunas cosas.
Acabo de decir “una de las salidas de la ciudad”. ¿Qué quiere decir eso, cómo está configurado el territorio?. El primer hecho sencillo pero notable, es que cuando uno discurre por el barrio adyacente y, de pronto, dobla una esquina, sabe que está en Cristiania. ¿Cómo? Por esos signos que hacen que uno reconozca el territorio que pisa. Para empezar, el pavimento y los demás equipamientos urbanos, cuando existen, son incomparables a los de la “ciudad oprimida de Copenhague”; la vegetación, semisalvaje, ha crecido a sus anchas, cuando no fomentada por los moradores, lo que hace de esta zona una especie de bosque no-urbano; la iconografía es otro dato importante y alguien debería analizar esto, si no lo han hecho ya: pasa de una imagen hippy orientalizante, de sus primeros años, a una pandillera suburbana, grafitera y mucho más agresiva. Y es que la venta y consumo tolerados de hachís y marihuana ha atraído a una fauna humana variopinta y no siempre del tipo buenrollito, como se suponía, dando como resultado momentos y zonas en los que el ambiente es más de que te van a partir los morros que de paz y amor. Pero todo convive en Cristiania razonablemente. La arquitectura es otro factor fundamental. Primero están los antiguos edificios militares: cuarteles, barracones, almacenes… algunos de varios siglos y monumentales, que han sido “restaurados” en un sentido muy amplio del término, con intervenciones personalizadas, en ocasiones con fortuna, pero siempre con esa imagen buscadamente desastrosa que corresponde al universo formal “alternativo” no se sabe muy bien a qué. Después están los edificios, generalmente casas, que se han construido nuevos y que van desde la chabola-chic al neo-vernáculo (como la Banana House), pasando por una mayoría de arquitecturas efímeras consolidadas. Dos cosas las unifican: la autoconstrucción e ingentes aportaciones de IKEA para hacer el conjunto más vividero.
En medio de todo eso surge un comercio que puede ser interesante, más allá de la venta de enteógenos vegetales (los sintéticos son perseguidos con furor por los locales). Tiendas de todo tipo de quincallería oriental, ropa reciclada o tejida in situ, un gran almacén que abarca desde la papelería hasta los materiales de construcción, por lo general también reciclados, la próspera tienda de bicicletas “Cristiania Bikes”, con modelos propios que exportan y, por supuesto, la hostelería. En este apartado uno puede encontrar desde un magnífico Café en un hangar impresionante hasta un vegetariano que resultó ser un “restaurante autogestionado”, lo que quería decir que tú te llevaas lacomida a la mesa y que después ponies la vajilla sucia en un lugar previsto a tal fin. Como en McDonnalds, vamos. Pero la comida, eso sí, excelente, barata y abundantísima, en un sitio bastante agradable si prescindimos de una camarera jovencita recién llegada a la alternatividad, bastante agresiva con los que no parecíamos suficientemente “cristianizados” (ironías de la toponimia). Pero de estos locales ya hablaré en mi otro blog, "urbi&orbi".
En definitiva, sí, otro sitio, otro lugar, reconocible morfológicamente y por la concentración de circunstancias sociales que se dan, por la ghettización de una determinada forma de ver la vida y la sociedad. Pero nada realmente nuevo, nada que de forma más diluída no podamos ver en muchos otros sitios y, sobre todo, nada que parezca un logro realmente envidiable, un resultado por el que el experimento sobresale y merece la pena aprender de él.
Un dato: la densidad es muy baja, pese a su envidiable ubicación y a no haber aparentes restricciones para instalarse allí, solo unos dos mil habitantes pueblan Cristiania. Parece que el sistema capitalista ha logrado lavar el cerebro a la gran mayoría de la población danesa aburguesada, lo que les impide, pobres, liberarse y disfrutar de la redención de la Ciudad Libre de Cristiania.

6.9.07

ELSINGØR, aviso para hamletianos.

Voy a ser breve, seguramente. Pero firmando como Yorick, el comentario era irremediable, como deducirán los lectores de don Guillermo. Era narrar la vuelta a mi tumba, si eso fuese posible.
Hoy he estado en Elsingør, ciudad que domina el estrecho de Øresund (si he comprendido bien, sería más correcto decir el estrecho de Øre, porque sund es precisamente "estrecho"), dominada por la fortaleza marítima de Kronborg. Supuestamente, esta ciudad y su castillo, que controlaban la conexión entre los mares Báltico y del Norte durante el S.XVII, ganaron fama suficiente en Europa como para inspirar el escenario en el que Shakespeare ambientó Hamlet y su castillo de Elsinore, por proximidad fonética.
Sin entrar en detalles arquitectónicos o históricos, que Wikipedia ofrece con seguridad, pretendo sólo avisar a los que hayáis leído más de una vez Hamlet, a los que hayan intentado memorizar siquiera un verso de la tragedia (que no sea "to be or not to be"): NO se os ocurra ir a Elsingør. Y mucho menos con la remota esperanza de sentir alimentada vuestra vena shakesperiana. Lo que encontraréis no tendrá nada que ver con cualquier imagen que hayáis podido formar como escenario de vuestras ensonhaciones, es un auténtico fiasco escénico. La así llamado "castillo" es en realidad un palacio de estilo renacimiento holandés tardío, al que fué muy aficionado su promotor, el "rey arquitecto" Christian IV; en medio de una fortaleza artillera bauvaniana dieciochesca, impresionante, eso sí.


El resultado es un conjunto amanerado y más bien pastichero, en el que uno puede imaginarse la boda de la cenicienta o como mucho un ataque de los dragones de su majestad, con mucho morrión y fanfarria, pero desde luego no al fantasma del padre del muchacho apareciendo entre la niebla sobre la muralla medieval del mítico Elsinore.
Personalmente propongo quedarse con el Hamlet de Sir Laurence Olivier del 48 y los teatrales decorados medievalistas de Roger K. Furse, en ocasiones perfectamente minimalistas y oscuros.
Si "Something is rotten in the state of Denmark" (lo de que "huele" es una mejora de la versión espanhola) debe de ser la promoción turística de este sitio, que como pujante puerto barroco y como paisaje marítimo no tiene precio, pero como trágica ciudad medieval es una estafa.
Dicho lo cual, y con la debida precaución, venid a ver Helsingør, que es una ciudad preciosa.

p.s. el comentario de una fiel lectora me ha hecho ver la luz. ya sé de dónde se sacó Kenneth Branahg su Hamlet (1996) dieciochesco inverosímil, magníficamente producido como todo lo suyo, pero que no soportaba el contraste entre lo primitivo de las solucionesdel drama y las claves sociales de una corte absolutista. Sin duda vino a Elsingør a inspirarse. Y la jodió.

2.9.07

de vietnam, tarde, gracias a dôn-gòn.

hago una nueva disgresión a otras latitudes, con motivo del blog del amigo caputto, como últimamente suelo. en su última y muy recomendable entrada: "siempre conocimos héroes" habla sobre mi querido vietnam y su sempiterna historia guerrera. se puede ver en http://www.doblecero.com/soloparalocos/index.asp?idblog=244
su narración me hizo recordar sensaciones que subí en forma de comentario a su blog y que aquí reproduzco en parte:
sí, en efecto, siempre me dejó perplejo como esas gentes amabilísimas que te miran con sonrisa beatífica mientras desayunas tu pho-bo sentado en la acera, son la encarnación de un pueblo que lleva milenios guerreando contra todos. continuamente, sin descanso. me recuerda a otro pueblo que sólo conoce la guerra como justificación de la existencia, el balcánico. pero a diferencia del vietnamita, éste lo lleva reflejado en la mirada.recuerdo un pensamiento que me asaltó mientras subía a la montanha del perfume: los políticos y generales americanos que ordenaron la intervención en la guerra civil vietnamita no habían pisado aquella tierra jamás. el vértigo que me produjo esa selva infinita e inexpugnable, habitada por un pueblo de pequehos guerreros feroces, inasequibles a la piedad y al desaliento, me hizo comprender que la victoria americana era ridículamente inimaginable. además cometieron un error semántico, por así decir, de bulto. mientras que el bloque comunista apoyaba más o menos soterradamente a un ejército "nacional" vietnamita al que acompanhaba el prestigio de la independencia, los americanos se presentaron con tropas y material que exhibían su bandera, su presencia (con la delicadeza que les caracteriza). el resultado fue que el viet-cong persentó su lucha como una guerra de liberación contra un nuevo invasor. y eso es lo único que le hace falta al vietnamita sonriente para convertirse en una bestia parda. el apoyo de los propios vietnamitas al gobierno de saigón cayó en picado y prácticamente la guerra que había sido civil se convirtió, ahora sí, en una guerra de invasión en defensa de un gobierno sin pueblo.
al vietnamita sólo parece traerle al mundo, permitirle relacionarse con las gentes de otros pueblos, el que acaso es su único instinto superior al bélico: el comercial. el vietnamita es un comerciante nato, asombroso, que hace todo por vender lo que sea, lo vive con pasión, con tesón, con orgullo, con una pulsión casi religiosa. el vietnamita que no ha conseguido venderte lo que se proponía queda desolado, no comprende lo que pasa, en qué ha fallado. es una de las situaciones más próximas al suicidio ritual que he presenciado. temo que si este pueblo tuviese la familiaridad con el sentido del orgullo y de la muerte que tienen los japoneses, hubiese sido responsable de más de un hara-kiri en mis paseos por los mercados vietnamitas.
sospecho que, por más que les pese, es una herencia china. el pueblo vietnamita actual tiene un porcentaje elevadísimo de sangre y cultura chinas, sobre todo en el norte. ha-long, en efecto y como nos recuerda dôn-gòn, otrora nombre infame para los chinos, es hoy una ciudad étnicamente china.
la otra gran etnia en el sur, de entre las muchas que montan el puzle vietnamita, es la khemer. y esa sí explica seguramente su raíz indómita. estoy seguro de que nuestro narrador nos regalará sustanciosas reflexiones sobre ese mundo inexplicado de la conchinchina khemer, estúpidamente loteada por los franceses, ahora que ha atravesado la frontera de las nueve colas del dragón.

y por último: quién asabe si ese instinto comercial al que me refería antes no habrá sido la razón por la que el régimen comunista de vietnam fuera el primero de entre todos ellos que adoptase el libre comercio de facto, muy pocos anhos después de la reunificación. tengo la impresión de que mientras luchaban contra ese "invasor" todo eso del comunismo les parecía muy bien. pero cuando se tranquilizaron, se fueron a su casa y a su comercio y les explicaron de qué iba aquello dijeron, cómo, que yo no puedo vender mis cosas y quedarme con mi dinero?, vamos a ver, esto hay que pensárselo un poco mejor. y así comenzaron con el experimento del comunismo de libre comercio que les da de comer y que a la larga se ha demostrado como la mejor forma de salir del comunismo político en esa zona del planeta, a la que china se apuntó bastante después. lo de las urnas creo que no les preocupa tanto, de momento. total, tampoco las han usado nunca y no sé hasta qué punto pertenecen a su visión del mundo... por favor, si hay algún sociólogo, economista o politólogo en la audiencia que salga y ponga esto en pie, que a mi el proyecto me viene grande.

CØBENHAVN.1

Primer contacto con Copenhague, puerto de comerciantes (esa es su etimología).
Vengo para un par de semanas de descanso. Parecía una opción razonable una de las ciudades más civilizadas y anodinas que se me vino a la mente. Si lo más excitante que ofrecía era el decimonónico parque de atracciones de Tívoli, debía de ser un buen sitio para pasear, leer, dormir y aburrirse, un planazo para relajarse perfectamente. La extrema civilidad que anuncia es otro aliciente: cafés desde los que ver pasar la vida con un libro y un cuaderno de notas, rodeado de delicada perfección que evite el tedioso contacto con la realidad. Y, last but not least, el clima: después de un verano sevillí, máximas de 18 grados regadas con lluvia me parece una merecida cura higrotérmica para el cuerpo maltratado.
Bien, he conseguido el primer párrafo sin la querida "enhe" que mi teclado escandinavo evidentemente ignora, mientras despliega un sembrado de vocales imposibles llenas de barras y circulitos, amenazando con fonéticas indescifrables. tomo prestada la grafía lusa, como habréis notado.
Entre otras cosas, los días tranquilos y mi apartamento con internet me permitirán vertir notas en directo al blog, cosa que otros destinos más excitantes y, en consecuencia, acelerados, hacen muy difícil.

La primera cosa que me ha llamado la atención: los enchufes tienen interruptor. Sí, bueno, lo sé, podría haber sido más refinadamente analítico, comenzar con algo más ingenioso, culto, perspicaz, agudo... algo de carácter sociológico, histórico, artístico... no sé, pero el caso es que he llegado al apartamento, he visto que los enchufes tienen un pequenho (ahí cayó) interruptor debajo para cortar la corriente y me ha llamado mucho la atención. Aún no he decidido si es una soberana estupidez, que no hace falta porque basta con desenchufar, o es un invento utilísimo sin el cual no sé como hemos llegado a la contemporaneidad en el resto de los países que conozco. A ver si llego a una conclusión. Les avala el prestigio como refinados disenhadores, que hace pensar que tonterías no hacen muchas, no sé. Son estas cosas mínimas las que
hacen que te sientas imperceptiblemente en otro sitio. Bueno, eso en esta Europa homogénea, claro, te vas a Laos y te lo debe hacer sentir absolutamente todo.

Dinamarca. Éste es el país de Lego, Bang&Olufsen, Jacobsen y sus sillas... y, en general, madre patria del disenho escandinavo: refinado, minimalista, útil, funcional. Todo es pulcro, pensado, civilizado, razonable... y eso en mil anhos, que son los que nos separan de que bebiesen kalvados en los cráneos de sus enemigos. Evolución. Un poco la cara de brutos la conservan, sobre todo ellas. Te sirve el té cada vikinga que te sujetas la tapa de los sesos mientras le buscas el hacha de Tør debajo del mandil. Da la impresión de que esta especie de hipertrofia de la civilización es un contrato social al que han llegado convencidos de que tienen la noche oscura de su pasado demasiado cerca, temiendo que si dejan algo a la improvisación y la espontaneidad les sale un cafre que tiembla el misterio. Habrá que conocerlos mejor, no sé, pero parece que sin romanizar y sin las casidas de amor califales les ha ido bastante bien.
Eso sí, no hay que creerse lo que ponen las guías, o esto ya no es lo que era: un poquito de mierda sí que hay, unas cuantas guarradas en la puerta del retrete de disenho (incomprensibles, por desgracia), también. Tiraré de diccionario.