según algún diccionario: colección de inscripciones recuperadas en fragmentos de lápidas de época clásica.

20.10.07

dos espectáculos teatrales

en tres días he tenido la desigual fortuna de asistir a dos recopilaciones de textos en forma de espectáculo teatral.
uno con fragmentos de obras de miguel mihura, en producción del centro dramático nacional y otro dedicado a luis de góngora, montado por el centro andaluz de teatro.
el primero se representaba en el teatro lope de vega, con el título de «las visitas deberían estar prohibidas por el código penal» tomado del texto de un personaje de mihura, es una recopilación hilvanada con una dramaturgia propia más o menos feliz, pero que se sostiene con dignidad. es al menos suficiente para que los hallazgos satíricos de mihura brillen iluminando las mentes de los asistentes. dos sorpresas agradables fueron por un lado la sólida interpretación de pepe villuela, el mejor del reparto y que uno no esperaba en estas lides, y por otro la reacción del público, que no dejo de reír en toda la velada. me parecía a mi que el humor absurdo de mihura era menos transparente, sin embargo funciona con una eficacia que envidiarían los guionistas de cualquier programa de televisión, si fueran al teatro, claro.
el segundo espectáculo al que me refiero es "a la luz de góngora", que empieza traicionando su título, porque góngora da mucha más luz que el tímido alumbrón que padecimos en la iglesia de san luis de los franceses (y no me refiero al fallo técnico que tuvo a media representación con un solo foco central). unos actores con carreras prestigiosas dentro de sus registros, como juan luis galiardo y kiti mánver, no deberían dilapidar su crédito en aventuras pretenciosas y patéticas como ésta. los recitados de galiardo con despliegue de dentadura postiza y sobreactuación (¡¿de qué coño se reía?!) merecen la lapidación in situ; la recuperación de textos de otros autores, pretendidamente culta, es perfectamente prescindible; el montaje de fin de curso ofende la inteligencia del espectador... es un desastre innecesario. por demás, allí nadie parece saber nada de acústica escénica, porque una iglesia barroca tiene una excelente proyección desde el presbiterio y el púlpito, pero fuera de esos ámbitos es una caja sorda. como resultado, en cuanto los actores miraban para otro lado no se oía nada. por cierto, la comparsa que acmpañaba a los dos protagonistas en lugar de recitar los versos los aullaba.

en fin, no sigo que ya he dicho bastante. la experiencia ha sido interesante, porque demuestra hasta que punto el teatro es un espectáculo complejo y la calidad del mismo sólo depende en parte del texto, porque desde luego no vamos a decir que góngora sea inferior a mihura (aunque es cierto que no es autor teatral y adaptar sus textos es un reto más peliagudo). el resultado está ahí, en las tablas, para que cada uno lo juzque, aunque personalmente sugiero dedicar a la caridad los quince euros de la entrada del engendro del cat.

14.10.07

Cuaderno de Vietnam 6: ... A LA CONCHINCHINA

(Conchinchina: departamento de las colonias francesas en Indochina, que ocupaba el sur del actual Vietnam y Camboya, y cuya capital era Saigón)


EL DELTA DEL MEKONG
[Los nueve dragones]


Las referencias visuales a Apocalipse Now son tan inevitables que me siento el enésimo turista estúpido que ha caído en la misma imagen. Otrosí: Coppola supo captar la esencia visual de este paisaje.

Carretera-río/calle-canal, estructuración territorial con el agua como medio de comunicación (además de cloaca para todo desperdicio, fuente de riqueza en pesca, arena, manantial…) Pero con una estructuración rural, dispersa y no urbana (como sería el caso de Venecia). Se verifica la misma conurbación que se produce en todo Vietnam.

Las casas tienen estructura de madera de cocotero o cualquier otra madera, con cubierta de entramado de bambú y hoja de cocotero trenzada, como en el trópico cálido-húmedo es habitual. En los pocos modelos originarios que se ven, la pared puede estar construida igual, cuando existe y no deja la estancia directamente abierta al exterior. El modelo ha evolucionado, por influencias probablemente urbanas o coloniales (ambas) con cerramientos de madera que se abren en celosías. Siempre grandes porches vivideros.

La estructuración fluvial del territorio llega hasta lo doméstico y las casas, cuando pueden y/o la actividad de los propietarios lo aconsejan, se montan palafíticamente sobre el río, de forma que ‘disfrutan’ de todas las ventajas de abastecimiento y deshecho que les da esta posición. Como en el resto de Vietnam, la uralita está imponiendose sobre el cocotero, con resultados probablemente desastrosos para la habitabilidad, pero ventajosos para el mantenimiento.

He visto hacer palomitas de arroz (claro). En una especie de Wok gigante en el que se calienta arena negra de playa en una sartén a 180ºc. Se echa el arroz, se menea y después se tamiza para recuperar la arena. La cáscara que se saca de otro tamiz es el combustible.

El río Mekong sostiene una asombrosa actividad fluvial (a falta quizá de otra), sigue siendo la gran autopista del sur de Vietnam. Todas las actividades productivas vuelcan a él su logística. Este sur está dividido por los brazos del río. Se ha construido algún puente, pero hay brazos de achura descomunal, que sólo se cruzan en ferry. Can Tho, ciudad de 1.5 mill de habitantes y capital oficiosa del Delta, está comunicada con Saigón (y con el resto del país, sólo por este medio)

El amor por las plantas de los vietnamitas y una cierta delicadeza espontánea, hace que en sus abigarradas barcazas, que con frecuencia son su único hogar, reserven espacio para un pequeño jardín de macetas. Incluso nuestro barquero, frente al timón, dispone de tres sencillas macetas con limoncillos, un bonsái y flores, pese a la enorme modestia de la embarcación.
En este mundo de agua, en el que la tierra firme es una ficción, estos mínimos reductos de suelo confinado y vegetación son algo así como una referencia religiosa a los orígenes terrestres de la especie. Un pequeño altar doméstico al barro y al árbol.

Los dos brazos del Mekong, el que lleva su nombre y el Co Chien, abrazan una especie de super-isla, formada por una serie de islas menores, según la nomenclatura local, considerando "islas" las zonas de tierra que separan los canalillos interiores que, frente a los ríos, no tienen importancia.
Pues bien, esta especie de isla, digo, contiene un parque de atracciones difuso donde artesanos supuestos y pretendidos pescadores desarrollan sus artes en instalaciones que obedientemente recorremos los turistas. En fin, patético. ¿Habrá alguna forma, un lugar, en el que saltarse este enojoso protocolo y adentrarse en el Vietnam cotidiano?


El Mercado flotante de Cai Be es uno de los espectáculos humanos más fascinantes de Vietnam. Todo lo turístico que se quiera (que tampoco es tanto), el espectáculo de las barcazas-casa-puesto del mercado excede a cualquier expectactiva. El trueque junto a la vida cotidiana, la supervivencia, el abigarramiento, los códigos (como el del poste-anuncio de cada barcaza, en el que se ata a la punta de un bambú el producto que se vende)... todo está pidiendo, de nuevo, otra ciudad invisible de Calvino.

“CHINOISERIES” vs. NEO-BARROCO, el NUEVO MUNDO del kitsch.
El despliegue local de todo posible artefacto y artificio estético neo-chino, invade el imaginario contemporáneo en Vietnam. La combinación de dragones Ming en plástico dorado con purpurina y borlones rojos supera cualquier pesadilla digerida después de una cena occidental a base de chop-suei. Parece que no hay referentes propios, o no se les conoce. El fenómeno salpica sin pudor los más nobles templos, conviviendo campanillas inconcebibles con esculturas de cuya antigüedad y nobleza empezamos a dudar, porque la magnitud de la suplantación nos deja huérfanos de referencias y nos preguntamos si las piezas que creemos “más originales” no serán elaborados más perfectos y afortunados con origen similar, como en nuestro neo-barroco arquitectónico o cofradiero contemporáneo, de la más alta alcurnia.

A propósito de lo dicho, es magnífico el hallazgo del SCOOTER FÚNEBRE.
No podía ser de otra manera en el país de las motos, el coche fúnebre se sustituye ventajosamente por una urna tirada por un scooter.
Todo ornamentado a la china, con lujo de tejaditos, dragones y dorados. Y cutre y decadente, a la vietnamita.
Yo para ser feliz quiero un ataúd vietnamita. Dorado, rojo, flameante de colas de dragón y buenos augurios.

Cuaderno de Vietnam 5: HOI AN

(En estas notas repito de otra forma algunas ideas recogidas en un post anterior: "de vietnam, tarde, gracias a dôn-gòn". Estas son las notas originales del cuaderno de viaje, las del post mencionado son ideas vertidas en un foro.)

Esta pequeña ciudad del centro de Vietnam tiene el puntito falso de las grandes mecas turísticas. Como Toledo, Florencia, Tallin… ha comenzado a convertirse en un parque de atracciones de sí misma - expresión recurrente pero tan descriptiva de una determinada realidad que se repite en territorios explotados por la industria turística. El número de visitantes, sin embargo, no ha llegado al grado de orda. En temporada baja es incluso escaso, y los miles de negocios que viven de él languidecen y se pelean por la caza del turista (menos a la hora de la siesta, que los vietnamitas practican con un denuedo sólo comparable al de su afán comercial). En realidad no es que sea tan escaso, pero la oferta es tanta que los turistas se diluyen en ella, dando sensación de ser muy pocos. Pero lo que mantiene ese carácter de ‘resort’ turístico es precisamente la existencia de esos miles de bares, tiendas, agencias, restaurantes… destinados al turismo y que convierten todo su centro histórico en un gran centro comercial de souvenirs o, en muchos casos, de las compras más demandadas: ropa y calzado a medida.

Le salva una cosa, además de la mencionada relativa escasez de turistas: la estructura urbana y arquitectónica de la ciudad histórica estaba pensada para el comercio. Mientras otras ciudades han visto reventada su disposición clásica para albergar el negocio turístico (v. Barrio de Santa Cruz), Hoi An sólo ha tenido que cambiar la mercadería para seguir dedicada a lo que siempre se dedicó, vender y con frecuencia, a foráneos. Este hecho simplifica en gran medida la abstracción mental necesaria para situarnos en la ciudad anterior al turismo.

Por cierto, esto de “la-ciudad-anterior-al-turismo” es una paráfrasis que nace de la impotencia para definir un momento histórico ejemplar o típico de una ciudad, antes del momento actual, una ciudad ideal, en sentido estricto que constituya la suma de cualidades que construyen su propio arquetipo. Y es que, claro, la ciudad, como ya sabemos, es una realidad cambiante, dinámica, que se resiste a salir en la foto, que cuando la hemos definido ya es otra... he aquí un apunte para otra ciudad invisible calviniana.

HOTEL HA AN
Me siento, en la terraza del jardín del Ha An, el hotel en Hoi An, arropado, mimado por una marea de esfuerzo humano. Una mujer lleva dos días en cuclillas cortando el césped con unas enormes tijeras de podar y un gorro cónico por toda ayuda (lo de las cuclillas merece un comentario aparte, pero es una postura inverosímil en la que sólo un indochino anoréxico puede considerar comodísima, hasta el punto de quedarse dormido… me pregunto si les pareceremos rarísimos sentados y con las piernas cruzadas). Un ejército de apenas niñas se afana concienzuda y parsimoniosamente en mantener todo perfecto, como si el tiempo no existiese ni, por supuesto, su ordinario concepto asociado de ‘productividad’. Por otro lado, su aspecto impoluto, su impecable vestimenta, la seria dignidad, incluso gallardía con la que se aplican a sus tareas, dan una imagen que, muy lejos de la explotación ni nada parecido, transmite naturalidad en el trabajo como la forma correcta de pasar el tiempo. Y es que parece que para los viet la vida es el trabajo, hay una identificación natural entre ambos, que sólo deja fuera (esa es la percepción) parcelas no pequeñas para dormir la siesta, comer a todas horas, de todo y en cualquier lado, y, supongo, dedicarse a sus afectos. Como recuerda nuestro guía en el sur, Thanh, el trabajo para el vietnamita es algo ligado al negocio, a buscarse la vida, es un autónomo por naturaleza y el salario no es su forma espontánea de comprenderlo. Por esto el comunismo en Vietnam, antes que en ningún otro sitio, aceptó el libre mercado como condición para subsistir; y por eso también, probablemente, Vietnam es el más próspero y creciente país de los que aún soportan un régimen comunista.

LA SIESTA es un fenómeno sorprendente. Cualquier momento, en el que no haya un negocio a la vista, es bueno para caer destroncado en cualquier rincón, mueble, quicio, montón de mercancía, moto, carrito o similar. Paralela a su facilidad simiesca para las cuclillas (con el mayor respeto) está la no menos asombrosa facilidad para acomodarse al sueño en los lugares y posiciones más acrobáticas. Tumbados, eso sí, que el vietnamita no es de siesta sillonera; es probable que sea, entre otras razones, porque ignoraron sillas y sillones hasta el s.XIX. Pero esto de dormirse tiene para ellos la mayor naturalidad, y se transponen en cualquier lugar, cómodamente despatarrados, sin el menor reparo.

13.10.07

Cuaderno de Vietnam 4: LAS TUMBAS IMPERIALES y HUÊ

El Río del Perfume -Song Huong- atraviesa la antigua capital imperial de Vietnam, Huê (falta una tilde que la tipografía occidental es incapaz de superponer al circunflejo, suprimo todo desde ahora). Un sinuoso recorrido en barca por el propio río nos va llevando a cada una de las Tumbas Imperiales que se fueron erigiendo al sur de la ciudad, auténticos temenos, recintos espirituales y celebrativos a la memoria de cada uno de los emperadores que los levantó. Aparte de la experiencia zen de surcar las aguas con una calma infinita y de la curiosa pero menos espiritual de aceptar un almuerzo cocinado a bordo de una chalupa, teniendo en cuenta los estándares higiénicos vietnamitas, se aconseja considerar otros medios de transporte a quien tenga problemas con el calor o los mosquitos... (aunque probablemente esa persona no debería estar en Vietnam).


TUMBA DE TU DUC / TEMPLO DE HOA KHIEM (1864)

La guía que leo confirma la sospecha que la visita me ha producido: la tumba de Tu Duc en general y el Palacio de Hoa Khiem en particular, perdón, el TEMPLO, sirvieron como palacio al emperador en vida. Las zonas, islas y pabellones del lago sugieren claramente un uso recreativo. El templo de Hoa Khiem, tiene una estructura doméstica que sugiere su uso palaciego. Contra lo habitual en estos recintos, los cuatro edificios están conectados por pasillos en las esquinas, creando circulación alrededor del patio. Otras relaciones y estancias menores revelan usos funcionales. El salón del fondo tiene dos porches laterales, a los que se accede por un testero, con respectivos jardines cerrados, lo que recuerda a los patios-alcoba musulmanes y pone de manifiesto que su uso es para los vivos y no para los muertos.


TUMBA DE MINH MANG (1841)

La más grande tumba de los NGUYEN es la del emperador Minh Mang, que constituye, como todas, un recinto cerrado de naturaleza, palacios, pabellones, plazas de armas, templos… una necrópolis dedicada al emperador y, en todo caso, a sus allegados.

Por lo general, y como corresponde, el lugar más magnífico es la propia tumba, con el proporcional aparato celebrativo. En este caso, precedida por el más magnífico recorrido ritual de entre todas las tumbas-temenos del Río del Perfume, sucediéndose patios, templos y lagos. Tras un último puente y en el centro de un lago se encuentra el mausoleo. Una escalinata entre dragones asciende hacia la única puerta de bronce que abre el último recinto protegido por una muralla perfectamente circular. Dentro, el monumento fúnebre: una colina de árboles. Allí, bajo tierra, reposa el emperador.
Este gesto de suprema elegancia no es, claro, casual; un elaborado concepto de relación con la naturaleza, propio de la espiritualidad oriental, está detrás de él.

La CIUDAD VIEJA DE HUE es, de lejos, el entorno histórico más auténtico que he visitado. Quizás por ello el más interesante. Su supuesta ‘falta de interés’ fuera de la ciudadela, la convierten en una ciudad antigua de vietnamitas. Con una escala humana acogedora y las claves de la vida vietnamita actual en cada esquina. Casi toda de una planta. Muy arbolada, con lagos, pagodas, ruinas por todos lados, entre pollos y patos sueltos y una vegetación exuberante.
Es muy interesante el uso del antiguo bastión para “apoyar” modestas casas nuevas, casi chabolas. Una superposición desproporcionada de escalas que me hace pensar en mis propias hipótesis de la viabilidad doméstica de los llamados “palacios” mayas… ¿Podrían aquellos ser también el resultado de la apropiación de una ruina? Espero que estas notas lleguen a mis manos en la próxima reencarnación para tener tiempo de estudiar sobre el tema.

Recinto Imperial HUE. RESIDENCIA DIEN THO.

La Ciudad Imperial de Hue es un impresionante recinto dedicado al emperador a imagen de la Ciudad Imperial de Beijin. Probablemente incluso una copia. Patrimonio de la Humanidad, pese a su tremendo estado de ruina, sobrecoge la dimensión y afán de representación que suponen estos conjuntos. Por cierto, está siendo sistemáticamente reconstruído sin ningún reparo. Habrá que comentarlo.


En Dhien Tho, uno de los palacios residenciales del conjunto, confirmamos la teoría sobre Tu Duc. La gran sala de recepciones tiene en los laterales sendos salones-porche con un jardín delante (a poniente) y un estanque (a levante) que rodea un típico ‘pabellón del aire’ para las horas más cálidas, favorecido por la ventilación cruzada que produce la distinta insolación de sus fachadas. Es el mismo (similar) esquema doméstico de Tu Duc, lo que confirma este uso asociado, lateral, de estancia menor y placentera vinculada a la de prestigio, en la que transcurrían las horas de ocio. Por otro lado este tipo de espacios es fácilmente relacionable con la al-qubba doméstica musulmana.


Sección del PALACIO-MUSEO de HUE

Es una construcción muy representativa de un cierto tipo de edificio palaciego, por la sucesión de distintas tipologías de cubierta, que por alguna razón se repite en las construcciones de Vietnam. Curiosamente se le atribuye a cada estructura de cubrición un origen cultural distinto, probablemente cierto, lo que no aclara cómo se llegó a este sincretismo constructivo en un sintagma único que agrupa los diversos elementos. La crujía con una especie de “bóveda de vigas”, llamada japonesa, suele ser central y transversal, como dividiendo el espacio, más alto en el tramo de cercha china y más bajo en el resto.

LA CUESTIÓN DEL FALSO (¿?) HISTÓRICO. Aquí todo (o casi) es nuevo.

Aquí nos encontramos con otra de esas relajadas sociedades que ignoran todo sobre la Carta del Restauro. Hacen lo que quieren. Reconstruyen sin pudor ni prurito científico por la distinción de las trazas originales. La denostada por frívola anastylosis aquí es un alarde de rigor que no pueden ni quieren permitirse. Me pregunto si, incluso, mejorarán la preexistencia con añadidos o nuevos refinamientos.
Varios factores:
  1. Un rosario (budista) de guerras hasta ayer, ha destruido con tesón sus monumentos en repetidas ocasiones
  2. Re-construir, re-inventar los edificios es en oriente una tradición prestigiosa. Algunas de las más renombradas pagodas japonesas tienen la tradición de reconstruirse íntegramente cada 6 años. El rito de la renovación en la espiritualidad oriental no puede ser ajeno.
  3. Nos damos cuenta de que los criterios que inspiran la Carta del Restauro son un marco cultural perfectamente relativo, con denominación de origen temporal y geográfica, que corresponden a una forma de pensamiento para la que la historia es algo determinado, lo que no sucede en otras partes del mundo. De esa idea derivan otras como patrimonio, herencia…. Y todo ello ligado al objeto material y no a lo inmaterial.
Aquí, sin embargo y como en otros muchos lugares, la inmaterialidad de la presencia de la cosa o su referencia es lo que prima. El objeto que temporalmente la constituye es anecdótico y perfectamente reemplazable. Tampoco a esta concepción puede ser ajena la idea oriental de la rueda de la existencia, de la migración de la esencia de los seres, visualizable para occidente en la reencarnación.

10.10.07

Cuaderno de Vietnam 3: HA LONG

No hay discusión sobre la belleza natural del sitio. Bastantes dudas sobre la explotación turística que padece y que la ha convertido en un parque de atracciones de sí misma. Abarrotada de barcazas convertidas en “hotelitos con encanto” flotantes que la recorren en algo que empieza a parecerse a los atascos de Hanoi. Los barcos están patéticamente travestidos de sampanes, con unas ridículas velitas que pretenden recordar las naves originales. Lo más triste sn su uso actual: los barcos navegan a motor con las velas recogidas, pero cuando atracan en algún punto de concentración especialmente concurrido, las despliegan con el nombre de la compañía de cruceros, con lo que han quedado convertidas en cartelones publicitarios.
Al atracar por la noche, se convierte en un Torremolinos flotante, aglomeración de hoteles que, para la ocasión, encienden los carteles luminosos.
Otra cosa estupenda del tema es que han regalado a la bahía una película de aceite digna de los puertos más concurridos.
En resumen no hay casi nada que el turismo no pueda destrozar.
Abstraido de eso, y volviendo al sitio como tal, además de todo lo dicho millones de veces sobre su belleza sobrecogedora, es impresionante el canto de los pájaros al atardecer, tiene incluso gracia el tableteo de las barquillas de pescadores (o ex) que deambulan entre los barcos vendiendo todo tipo de cosas imaginables.
Un hallazgo es la impresionante laguna cerrada a la que sólo se accede por un pasaje-cueva bajo un cortado de rocas.
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El ROYAL HOTEL es un sitio decadentemente occidental y hortera hasta donde dan los chinos (sus propietarios) que es mucho. Habitaciones grandes, cómodas y buenas masajistas, lo que se agradece en la dura vida del turista… en realidad lo del masaje en Vietnam es algo perfctamente generalizado y con una altísima calidad media. Por lo demás la ciudad de Halong es perfectamente prescindible.
Eso sí, la playa es un modelo de playa civilizada, frente a unos estupendos jardines con toda clase de servicios. Un buen sitio para reponerse de la gastroenteritis del barco.

Vietnamita perfectamente protegida para ir en bici o en moto y que no le de el sol por ningún sitio, con sombrero y mascara de tela. Faltan en el retrato los guantes de seda por encima del codo. Estas señoras, civilizadamente, consideran una ordinariez estar moreno (cosa de campesinos). Y como con su raza y la radiación solar reinante es muy difícil no estarlo, se protegen por todos los medios. (Además lo aconseja la contaminación del tráfico de las ciudades vietnamitas).

9.10.07

Cuaderno de Vietnam 2: HUONG SON

En un par de horas de coche al noroeste de Hanoi llegamos a Trung, pequeño puerto fluvial a orillas del río Yen (Seguridad), aquí podemos tomar una de los cientos de barcazas metálicas que, empujadas por aparentemente frágiles remeras (no seré yo quien les eche un pulso), llevan a los peregrinos y visitantes hasta el puerto instalado a los pies de Huong Song, la Montaña del Perfume. En su cima, tras un inacabable sendero de escalones imposibles nos espera la Cueva del Perfume o de los Tres Monjes. En su ladera encontraremos, mucho antes, la Pagoda del Perfume, uno de los centros de peregrinación más importantes del sudeste asiático.


“ La cueva más bella bajo el cielo del Sur”
Eso dijo no sé que Emperador cuando la vió, y allí está escrito.Y es bastante impresionante, catedralicia. Huong Son (por cierto, es una experiencia que te deletree en inglés un vietnamita), la montaña del perfume, que le da nombre a todo el entorno, alberga la enorme cueva en el fondo de un circo de rocas cubierto de selva. Este es el auténtico, telúrico, lugar de los dioses y de la religión. El que descubrieron los tres monjes originales y consagraron.
La pagoda inferior es una “vulgarización” (sensu stricto) necesaria para difundir el conocimiento y hacer acceible a una mayoría el lugar pero, como suele suceder, la verdad está arriba. Por cierto, si no se busca reproducir el camino iniciático por algún motivo personal, mejor subir en teleférico. Incluso bajar es agotador por la irregularidad del pavimento, subir debe de ser heroico.
Otra experiencia es recorrer los aproximadamente ocho millones de puestos de recuerdos, rosarios, comida, chucherías, música... que jalonan la subida (he oído rap en vietnamita a la puerta de una pagoda en medio de la selva… ¿qué más puedo decir?). Destinados, eso sí, al visitante devoto local más que al turista, lo que le quita un punto de horror, le añade pintoresquismo kitsch rociero-oriental y explica el perfil no sé si natural o sorprendente de los chiringuitos.
En cualquier caso, el paraje alberga la mayor cantidad de mierda que he visto en un sitio no declarado vertedero por su ayuntamiento (y que además es una maravilla natural). Habrá que escribir en otra ocasión sobre el concepto de respeto a la naturaleza que manejan las diferentes culturas.

Cuaderno de Vietnam 1: HANOI

Comienzo a transcribir el cuaderno de viaje de Vietnam.
16-19/04/06.

Templo de la Literatura.
Especie de Universidad medieval instalada en un recinto dedicado a honrar a Confucio y a los sabios; para los hombres de letras.
Sucesión de recintos, acrópolis celebrativa de las letras, con distintos propósitos y significados.


La separación entre uno y otro recinto se produce con perfección espacial y escenográfica mediante algún elemento arquitectónico singular, templete o puerta magnificada. Entre los recintos principales se repiten unos propíleos de gran sencillez, compuestos por una triple puerta en el muro y un Pabellón de Cubierta que produce un pórtico a ambos lados.
Todos los recintos están a la misma cota, pero los propíleos elevan artificiosamente el suelo, para producir una subida y bajada. Es un gesto deliberado que tiene que ver con la conciencia del “ingreso” como acto relevante.

En otra dimensión recuerda la reducida altura que Barragán dio a la puerta de su propia casa (midiendo él más de 1.90 m). En el propio ámbito oriental, es el mismo gesto que mas modestamente se busca con la elevación del umbral de las puertas de los templos o pagodas. La propia carpintería que constituye el cerramiento se eleva mas allá de lo necesario, bajo las hojas de las puertas, obligando a elevar la pierna sensiblemente para traspasar el umbral. El resultado es que, intuitivamente, entrar no es un acto inconsciente, sino que responda a una voluntad que supera la cohibición inicial.

[Ese mismo mecanismo producían los postigones de las grandes puertas tradicionales de las iglesias, en Andalucía al menos, diferenciando entre los grandes cultos, para los que se abría el portón principal, y la apertura ordinaria, produciendo automáticamente un código sobre la “facilidad” de acceso y, por tanto, “seleccionando” el público asistente.]
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Aquí no hay gordos. No es que haya pocos, no hay ninguno. Absolutamente. Parece increíble, pero es así. Raza, alimentación, hábitos… el caso es que yo, con mi 1,70 y mis 75 Kg optimistas, paso de ser un tipo saludable en España a un obeso mórbido en Vietnam. Por suerte, eso sí, de un enano me convierto en un tipo alto.
Ah, tampoco hay calvos. Y de artrosis ni hablamos. Los ancianos se ponen en cuclillas (y se levantan) infinitamente mejor que yo. Parece que la costumbre de descansar acuclillados, o en su vertiente “pho bo” con banquito de plástico, es de lo más saludable. Andar e ir en bici tampoco debe de ser mala cosa. Las sillas y las motos van a acabar con ellos. ¡Las motos! El gran fenómeno urbano (de momento en Hanoi, ya veremos en el resto). Si hay 3 millones de habitantes debe de haber cerca de 1 millón de motos. Es impresionante. Una horda de motos con hasta 4 pasajeros (las crónicas hablan de 7, pero me parece una leyenda urbana) circulando continuamente, y tocando el pito.

Circulando, a ver, esto en Vietnam es una creación conceptual distinta a la que en nuestra mente occidental está contaminada por una serie de imágenes que ellos desconocen. Aquí circular es inventar caminos, luchar por la supervivencia, incluso la supremacía, formar parte de una corriente y ser la turbulencia, sobreponerse a un medio hostil, a la certeza de muerte ininterrumpida, redefinir el equilibrio, descubrir que miles de locos avanzan en la dirección equivocada (hacia ti), confiar en la capacidad acrobática de los peatones y ponerla a prueba, pulverizar la teoría de la impenetrabilidad de los objetos, describir recorridos impensables, codificar los mil matices insospechados del sonido del pito en mensajes que todos aparentemente entienden... ¿ Has montado un moto-taxi en Hanoi? Entonces descubrirás otra dimensión del término “circular”.

Lo del Pito (¿se puede decir bocina para las motos?) es en realidad como una forma más de presencia, una manera de materializarse en el tráfico. Así podemos disfrutar de motoristas que no paran de “hacerse presentes” mientras conducen. El tráfico caótico se aliña con el uso indiscriminado del pito, como corresponde al natural comunicativo del vietnamita.

BLADE RUNNER era ESTO.
Vale, un poquito más decadente y menos aeroespacial, pero el fondo, la base de las calles de la ciudad Antigua de Hanoi, es el trasunto visitable del Imaginado Los Ángeles de Blade Runner. Con sus masas de gente tropezando entre ruidos, puestos de comida, motos enloquecidas que tiran la fruta del mercado, noodles, basamentos de edificios imposiblemente neo-barrocos… A quien esta afirmación le parezca exagerada, que se dé un paseo por el mercado de comida de Gia Ngu.

Hay algunas cuestiones que no he comentado en esta visita pero anoto para el futuro, porque intuyo que pueden tener algún interés en la forma en la que se formulan en esta ciudad:
- La casa del centro de Hanoi
- Vivir las azoteas
- El ancho de la parcela. Casas-Libro.
El tiempo dirá.