según algún diccionario: colección de inscripciones recuperadas en fragmentos de lápidas de época clásica.

29.12.07

desasosiego, el libro

hace demasiados años leí un libro pronto y mal, sin penetrarlo, sin vivirlo... en realidad sin entenderlo, porque estaba en portugués y por aquel entonces yo creía, injustificadamente, hablar portugués.
gracias a mi amigo carlos, que me ha regalado una estupenda edición, he vuelto a emprender la tarea de leer el libro del desasosiego, de fernando pessoa. introducirse en este libro es una aventura, un periodo de la vida, un momento de inflexión. atreverse con este volumen no puede dejar igual a nadie con un umbral de sensibilidad superior al de un adoquín.
temo que no será la última entrada en el blog que provocará esta lectura.

el libro se presenta como una ficción construida en forma de fragmentos autobiográficos redactados por bernardo soares, uno de los heterónimos pessoanos. pero el resultado trasciende obvia y ampliamente el marco de la literatura creativa. la intensidad y precisión, la complejidad de las percepciones, sentimientos y construcciones mentales lo nombran como una obra cumbre de la autobiografía psicológica. sencillamente no es verosímil tal densidad de intensidad desde el simple afán creativo, literario, ni siquiera para el genio de pessoa.
bernardo soares queda así puesto en evidencia por la monumental personalidad de su creador que lo trasmina y se trasluce sin ocultación posible.
la elección de la ficción literaria no es sin embargo inútil. produce una libertad que le permite al autor desahogarse espiritual y creativamente sin tener que responder al rigor del ensayo o del tratado filosófico, terrenos que transita con soltura a lo largo del libro.

pero este comentario, casi de primera impresión, queda gravemente mutilado si no menciono la otra realidad pasmosa de la obra, que marea conforme uno va pasando páginas: su descomunal belleza literaria, sus hallazgos formales, musicales, visuales... la impresionante capacidad de manejar las palabras hasta hacer que el libro, literalmente, se te caiga de las manos y hace de su lectura una fiesta para la inteligencia y la sensibilidad.

24.12.07

notas desde la isla del meridiano

EL HIERRO. DIC.07

Así se llama por constituir el auténtico Finis Terrae desde la geografía tolomeica hasta el descubrimiento de América, pese al que mantuvo el honor de marcar el meridiano 0º hasta bien entrado el s.XIX, momento en el que los ingleses decidieron hacer notar al mundo que su centro era Londres y desplazaron el cero a la pedanía de Grenwich.

Con estos antecedentes no parecía descabellado que mi primer movimiento viajero fuese encaminarme al punto preciso que ostentó ese certificado de lugar remoto. Todo el poniente de la isla es desolado y estremecedor. Un paisaje volcánico que te deja a solas con el planeta. La belleza, en claves distintas a las conocidas, paraliza por momentos.

En el camino encontramos Sabinosa. Recorriendo el Golfo hacia poniente, flanqueados por el farallón que se levanta literalmente hasta alas nubes, vemos hacia el fondo del circo de rocas. A media ladera, solitario, colgado de forma inverosímil, un minúsculo caserío blanco. La curiosidad gira el volante y nos hace subir por una carretera que inventa su soporte en cada curva, para trepar por una ladera a la que los ingenieros debieran haber dejado en paz (no será la última en la isla). Llegamos a Sabinosa. La mancha blanca, solitaria en la pared verde, se constituye por una modestísima agregación de casas que, como suele ser habitual tras el paso del s.XX, es mucho más interesante de lejos que de cerca. En el lugar un único bar y restaurante, a su escala, que tiene por nombre "Sabinosa", no es necesaria más originalidad. Paramos a comer por necesidad y nos sorprende (deslumbra) la primera experiencia de lo que será una norma durante nuestra estancia en la isla: el simple hecho de comer bien, de que todo está exquisito en su sencillez, el lujo de una comida realmente casera en su forma de elaboración, en los ingredientes, en la cantidad. En este caso fueron los garbanzos (aquí son garbanzas, en femenino) más tiernos jamás probados, la papa perfecta, el mojo delicadísimo, el queso… qué arte elemental y olvidado de dar de comer bien, solo porque para qué vamos a hacerlo mal… El VINO merece un comentario aparte. El Hierro está orgullosa de sus caldos, lo que en general me parece bien y, en efecto, se pueden probar vinos interesantes, siguiendo la norma de que cuanto menos pretenciosos mejor. Es una cultura extendida y es normal que bares y restaurantes ofrezcan cosechas y elaboraciones domesticas, que pueden resultar muy agradables… o no. El vino "de pata", por ejemplo, indica su elaboración artesanal, pisado a pie desnudo. Algún tinto ha merecido la pena, pero ojo con el que llaman "rosado", porque la uva que usan tiende a abocarse. El resultado es un líquido sospechoso de alta gradación más próximo a un oloroso avinagrado que a cualquier líquido bebestible. En teoría es 100% natural, donde se demuestra que no hay que fiarse de la naturaleza. Sólo es tresegable con los recios quesos locales de cabra y oveja, que pueden adormecer al paladar más sensible.
Pero hablaba de la cocina. Es tan sencilla como eficaz. Platos de siempre con productos locales, que en general han padecido poco o nada la industrialización, hechos de forma elemental y sabia. Excelentes verduras y frutas, carnes entre las que recomiendo el conejo silvestre (y omnipresente en la isla, cada conejo comido contribuye al equilibrio del ecosistema) y la pesca litoral. Los dulces son igualmente sabrosos y tradicionales, sin mucha pastelería importada, aunque el principal entre ellos, la quesadilla, es sustancialmente igual a la quesada cántabra.

Hay una tradición de AISLAMIENTO que produce una cierta fascinación en las Canarias. Los guanches que, como quiera que fuese, llegaron por mar, olvidaron inexplicablemente el arte de la navegación. ¿Qué sucedió para que unos colonos lleguen por mar en una travesía no sencilla hasta una tierra aislada y en ocasiones diminuta y, en lugar de conservar el conocimiento que les permitiría comunicarse, transmitiéndolo de padres a hijos, permitan su olvido? La navegación, además, es un recurso adicional para la pesca y, por supuesto, para el comercio, que en estas sociedades puede ser una aportación fundamental, dada la escasez o inexistencia de muchos elementos en algunas islas.
Pues bien, los habitantes prehispánicos ignoraron durante siglos la navegación y no se relacionaron con las otras islas, en ocasiones distantes solo pocos kilómetros, siempre a la vista.

En el Hierro la cuestión es más llamativa. La abrupta cordillera que separa El Golfo del resto de la isla hizo que sus habitantes desconociesen a los demás incluso durante varios siglos después de la integración en la Corona. Parece que tendrían, como es lógico, noticias de ellos, pero a todos los efectos eran "islas" distintas.
Sin duda esta tradición autarquica tiene que forjar una cultura y un carácter. Una forma de ser.

A todo esto, me dirigía al antiguo meridiano 0º. La costa es una de las más desérticas de la isla, con conos volcánicos hasta la orilla. No es, sin embargo, de las más interesantes. Fuera del hecho historiográfico que justifica la visita, sería prescindible. El vecino faro de Orchilla, puede sí merecer una puesta de sol como la que disfrutamos. Hay que salir corriendo, porque la la pista de vuelta sin luz puede ser incómoda. Eso sí, la carretera desde El Golgo es de una belleza con muy pocas comparaciones que yo conozca. Hay un detalle aparentemente banal, la carretera, sin líneas, se funde con el color de la tierra y las piedras, salpicada por un manchado de plantas xerófitas. El resultado cambia totalmente la percepción del sitio y es una de las rutas más soberbias para recorrer que puedo recomendar.
Lo del meridiano me hace pensar que cuando se estableció no se conocerían las Azores, que son más occidentales. Así que no se puede decir que sea el punto más occidental de Europa, porque están las Azores y, además, geográficamente es África, por no mencionar Groenlandia, que es danesa y no sé muy bien si es América o qué. Resumiendo, esto es el extremo sur-occidental de España, sobre eso no hay discusión.

El Hierro es Naturaleza. El resto es prescindible. No hay arquitectura notable ni ciudades interesantes, ni arqueología digna de mención, nada etnográfico o artesanal realmente singular… el pescado es bueno, como en muchos sitios pero nada más. Las mujeres, además, son feas, con perdón de las honrosas excepciones que no se hicieron visibles en mi visita.
Pero la naturaleza, amigos, es espectacular. De las cumbres a las costas, las vistas, los parajes, los bosques, la orografía volcánica, las costas abruptas… condensado todo en un territorio mínimo. Este hecho unido a la escasez de población y virtual ausencia de turismo que desvirtúe la magia, hacen de El Hierro un lugar excepcional.
Decir NATURALEZA es quizá inexacto. Habría que hablar de PAISAJE. Porque es cierto que la isla ha estado mucho más poblada que ahora y en épocas en las que los recursos eran los primarios y la economía prácticamente autárquica. Esto hace que gran parte de la isla haya sido explotada agrícolamente. Digo "haya" porque una parte muy importante de esos campos han sido abandonados. En el Hierro, como en otros lugares muy pedregosos. Las vallas son de mampostería de piedra seca. Esta presencia es territorialmente muy importante, marca el paisaje. En la medida en la que esos campos han sido abandonados, pervive una cierta imagen fantasmagórica de campo reticulado, aparentemente sin objeto, como si la naturaleza hubiese sido loteada por un capricho inexplicado. El otro gran rastro humano son los caminos que recorren ubicuamente la isla y que, junto con la red de carreteras, siguen siendo una vía de transporte importante. Las autoridades han tenido la magnífica idea de mantener y señalizar una densa red de senderos que registra toda la isla, permitiendo recorrerla a pie íntegramente a un ritmo idóneo para su conocimiento. Esta posibilidad se ve favorecida por el diminuto tamaño de la isla y seriamente dificultada por su impresionante orografía que lo convierte en un reto cardiovascular no apto para todas las piernas. En estos lugares uno se explica perfectamente el problema de la obesidad de nuestras sociedades occidentales. Si somos los nietos de unos tipos que se subían 1.500 metros todas las mañanas con un saco al hombro, como si tal cosa, con un plato de gofio en el estómago, está claro que el sistema se ha desequilibrado.

23.12.07

macbeth chino

Ayer sábado volví al teatro Central y me llevé una alegría. No todo van a ser disgustos. Ésta se la debo a mi apreciado Juan Dolores Caballero, por mal nombre "El Chino" y a su compañía Histrión Teatro.
Se atrevieron con un Macbeth, y ahí debo reconocer que pese al crédito que me merece el director, iba un poco temeroso de lo que podía pasar. La dramaturgia y la capacidad de gestionar los clásicos no sobran entre los actores actuales y Macbeth es seguramente una de las obras más comprometidas del repertorio shakespeariano, sin contar con el problema intrínseco de defender un texto que construye un sinnúmero de tópicos que ya integran nuestra cultura... Por poner un ejemplo más claro de otra obra, la primera vez que un actor dijo sobre unas tablas "to be or not to be..." debió de ser un mazazo para las inteligencias presentes; subirse ahora a un escenario y volver a decirlo después de ochomil millones de veces requiere mucha capacidad y presencia de ánimo, convicción o yo que sé qué, para que no suene a letanía.
Pues a lo que iba, la gente del Chino salieron, le echaron huevos y urdieron una de las mejores representaciones de Shakespeare que recuerdo en un teatro, desde una ya lejano y mítico Romeo y Julieta del Lorsban Theatre en su carpa, pero esa es otra historia.
La representación fué sencilla y sin pretensiones en el mejor sentido teatral del término, desnuda y confiada al buen oficio de los actores y a la muy sólida dirección, para transmitir el drama y la energía de la obra sin caer en afectaciones. Una apenas escenografía e iluminación, música y efectos al servicio de la obra. Teatro casi de salón en una sala pequeña, perfecta para tener a los actores cerca y disfrutar de su trabajo. No es que no hubiese alguna laguna, claro (el Macduff era manifiestamente mejorable), pero era secundaria y en el conjunto perdonable.
También me sorprendió gratamente una selección de textos esencialmente respetuosa con el sentido de la obra, aunque sustancialmente recortada a poco más de una hora en un acto único, que no perdía en absoluto la esencia de la obra, aunque inevitablemente muchos textos y matices, que se llevaban por delante algún momento glorioso. Y digo que me sorprendió porque en muchas ocasiones cuando compañías de este perfil se plantean obras como ésta, lo hacen a costa de su texto, con resultados tan variopintos como frecuentemente deplorables. Por fortuna no es en absoluto el caso.
En fin, que gracias de nuevo al Chino y su gente, que desde Las Gracias Mohosas (al menos que me conste) vienen demostrando que saben fajarse airosamente con los clásicos.

2.12.07

el fervor de la redundancia

no todo podía ser felicidad anoche. lo de blade runner (ver post anterior) fue un desquite por el espectáculo teatral que nos acababa de infligir carles santos en el central.
"el fervor de la perseverancia" constituye la causa a la que debo una de las horas de aburrimiento más absurdas que recuerdo en una butaca.
carles santos es un creador iconoclasta e interesantísimo, que ha producido espectáculos notables, casi diría imprescindibles en la escena contemporánea. dicho lo cual, hay que señalar que éste me ha parecido un bodrio integral. no exento de hallazgos visuales y de la colaboración de una mezzosoprano digna, el conjunto es un rosario de obviedades, si admitimos por obviedad la necesidad del creador "moderno" de huír hacia adelante de su propia sequía imaginativa, epatando al respetable con todo tipo de supuestas originalidades inconexas. un análisis mínimamente desapasionado nos obliga a reconocer que todo lo visto anoche se ha repetido y pertenece al acervo rancio de la iconoclasia teatral del siglo xx. el conjunto sonaba familiar, a autocita, a dejà vu de algún tugurio escénico o festival de provincias. a la sensación melancólica que resulta de comprobar que cuando la transgresión no cuenta nada se queda en un gesto huero. y que cuando se repite el resultado es patético, un monumento a la nada, un certificado de defunción. si a alguien le sigue impresionando una actriz desnuda, un pianista golpeando con la tapa, el lesbianismos, gritos inconexos o unos cuantos dibujos pornográficos, que vaya a la función, a ver si se le pasa. una antigüedad, siglo xx.
consuela al menos que no todo el mundo es imbécil y hay quien percibe la desnudez del emperador, gracias a lo cual el entusiasmo del público fue perfectamente descriptible al final de la pieza.

blade runs again

anoche tuve la feliz idea de ir al cine a ver el montaje del director, remasterizado, de la mítica blade runner.
son varias las impresiones que se sacan de la experiencia:
la primera es la confirmación de la enorme calidad de la obra, su brillante resistencia al paso del tiempo, que no sólo no la ha desgastado sino que resalta sus valores intemporales. sigue siendo un referente en la recreación de una imágen urbana, social y arquitectónica que supuso una cumbre de la ci-fi más inteligente, culta y sutil y una vuelta de tuerca que ha cambiado la mirada sobre toda la que se ha hecho después.
al hilo de la anterior, la impresión consecuente es lo flojita que está la cosa ahora mismo. vale que no todos los viernes se estrena una obra maestra, pero será que me hago viejo o esta temporada es especialmente digna de olvido, a tenor de lo que venimos sufriendo desde la butaca. hasta el casi infalible woody allen la ha cagado. en fin.
la otra conclusión es que ridley scott tenía razón. como suele pasar, el creador conoce mejor que nadie su obra y el resultado, que puede parecer igual para un espectador distraído, es sensiblemente mejor en muchos pequeños detalles, y algunos no tan pequeños, como la supresión del luminoso final redundante que le impuso la productora.
además, claro, podríamos volver a ponderar los valores y detalles inagotados de la película que, como digo, ahora podemos valorar mejor, pero eso será otro post.
en fin, una alegría pasar estos ratos de buen cine, para info sobre la película, http://es.wikipedia.org/wiki/Blade_Runner.