Mi querido amigo José María Cabeza nos ha regalado este texto del maestro Zhuangzi (o sería más apropiado decir el Maestro Zhuang), traducido por él mismo.
Escrito hace 2.400 años, el fragmento está habitado por el genio de la inmortalidad, que distingue a las obras maestras. Entre otras cosas ilustra sobre el carácter cíclico e irreductible de la naturaleza humana. Léanlo y asómbrense:
"Los antiguos dirigentes creían que el éxito del gobierno residía en el pueblo y el fracaso en ellos mismos. Por lo tanto, con que una sola persona perdiese la vida eran capaces de aceptar su responsabilidad y retirarse. Pero ahora es diferente. Los dirigentes actuales ocultan lo que debe hacerse y desprecian al pueblo llamándole ignorante cuando no les comprende. Infligen dificultades a los ciudadanos y los denuncian cuando no pueden superarlas. Imponen cargas excesivas y castigan a aquellos que se rebelan; fuerzan a los ciudadanos a trabajar hasta la extenuación y si no pueden continuar son eliminados. Cuando la gente ha llegado al límite de su capacidad y de sus fuerzas cae en el engaño. Si los dirigentes recurren a la hipocresía a diario, ¿cómo será que los funcionarios y el pueblo no se han de volver hipócritas?
Cuando la resistencia es insuficiente, la hipocresía aumenta; cuando el conocimiento no es suficiente surge la decepción; cuando escasean los bienes se incrementa el robo. ¿A quién deberíamos entonces culpar por tales actos de asalto y piratería?"
古之君人者,以得为在民,以失为在己;以正为在民,以枉为在已。故一形有失其形者,退而自责。今则不然,匿为物而愚不识,大为难而罪不敢,重为任而罚不胜,远其涂而诛不至。民知力竭,则以伪继之。日出多伪,士民安取不伪。夫力不足则伪,知不足则欺,财不足则盗。盗窃之行,于谁责而可乎
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